Iztapalabra

Proyecto de comunicación interdisciplinario,

donde coexisten el periodismo escrito,

la radio y el video documental,

surgido en el FARO de Oriente,

y dirigido a la comunidad

del oriente de la Ciudad de México

Los que fuimos y los que somos




Iztapalabra: Letras, voces e imágenes en resistencia

Es un proyecto de comunicación: periodismo escrito, radio y video comunitario, el cual se enfoca a la comunidad de la zona oriente de la Ciudad de México y municipios aledaños a ésta.

Los ciudadanos debemos ser partícipes activos del fenómeno informativo, hasta ahora protagonizado casi exclusivamente, por los medios de difusión masivos y los periodistas profesionales.

El colectivo Iztapalabra. Letras, voces e imágenes en resistencia, surge del taller de Periodismo Comunitario de la Fábrica de Artes y Oficios de Oriente (FARO), con el objetivo de difundir a través de la escritura, la radio y el video, los problemas sociales de la zona Oriente de la ciudad de México, pero también sobre las expresiones culturales que resisten.

Con este proyecto queremos reflejar la estética del mundo donde vivimos: donde el cielo está lleno de cables eléctricos que se entretejen, las paredes repletas de carteles de colores chillantes anunciando tocadas que nunca se sabe cómo terminarán, las azoteas acumulan varillas a la espera del dinero del norte para poder continuar la casa, y los tianguis venden lo que el DF desecha.

Lo que empezó como un proyecto de periodismo comunitario relacionado con la escritura se ha ido ampliando con el tiempo y los estímulos, y actualmente trabajamos con otras herramientas de comunicación como la radio y el video documental.







Por las ondas sonoras, desde las instalaciones del Faro de Oriente hemos trasmitimos desde mayo de 2007, programas dedicados a géneros musicales como el ska, el reggae, el punk, sonideros, pero también sobre problemas ambientales del rumbo, diversidad sexual, cultura indígena, y recomendaciones para el público infantil, con la participación fundamental de personas que han trascendido en su comunidad por el trabajo que han realizado en la misma. Actualmente transmitimos tres programas que pueden ser escuchados en un radio de 3 kilómetros:


De la pantalla a tú estéreo – Jueves de 5 a 6 pm
Tú también suenas – Jueves de 7 a 8 pm
Literalmente hablando – Jueves de 8 a 9 pm


A lo largo de los años hemos transmitido diversos programas como:

Los parientes del Punk. Resistiendo en el Oriente.
Tema: subgéneros del punk.
Integrantes: Javier Rosas, José Luis Morones y Alicia Martínez.

Sintonía verde. Un oasis en concreto.
Tema: problemas ambientales del Oriente de la Ciudad de México.
Integrantes: Uriel Bautista y Ángel Gutiérrez

Geishas. Homofobías orientales.
Tema: diversidad sexual.
Integrantes: María Elena del Angel y Montserrat Ramírez

Los sin agua. Miradas al pasado y el presente.
Tema: Manifestaciones culturales indígenas en la época actual.
Integrantes: Alicia Martínez, Felipe Rosales y Ángel Gutiérrez.

Ghetto. Raíces en frecuencia.
Tema: ska y manifestaciones culturales en torno a este movimiento.
Integrantes: Ulises Pazarán, Patsy Meza y Enrique García

Reconstrucción. Un toque de rock.
Tema: Personajes y leyendas urbanas.
Integrantes: Raúl Hernández y Marco Galván.

¡Sabooor!. El sonido del barrio.
Tema: Movimiento sonidero en el Oriente de la ciudad.
Integrantes: Gaby Díaz y Jenny Fernández.

Jah Bless. Reggae, el camino hacia rastafari.
Tema: reggae y movimiento rasta.
Integrantes: Enrique Córdova y Gaby Díaz.

Revista Iztapalabra. Voces en resistencia.
Tema: cultura y sociedad en el oriente de la ciudad de México.
Integrantes: Irek Galicia, Yazmín Venegas, Felipe del Ángel, Magda Martínez, Cristina López y Joan Itzell Martínez.

Desde la tercera cuerda. La lucha continúa en la radio.
Tema: Lucha libre y movimiento surf.
Integrantes: Luis Ángel Hernández, Felipe Rosales y Marco Galván.


En colaboración con otros colectivos del Faro de Oriente del área de música, en el pasado realizamos una pista sonora, que titulamos El Vagón, y que cuenta el viaje existencial de un joven de Iztapalapa que recorre el metro de la La Paz a Pantitlán. El texto lo realizamos de manera colectiva, al que ambientamos con audios de los personajes que pueblan el metro.





Imágenes en resistencia

El video documental es un recurso periodístico que han explorado los integrantes del colectivo para contar la historia de esta zona Oriente de la Ciudad de México, desde la visión de los que habitan en ella. Al día de hoy se han desarrollado documentales tales como, 

“Desde la tercera cuerda”

Esta es la historia de Xena una técnica que lucha contra la enmascarada vida

Año 2010
Duración 20 min

“La tierra encarcelada”

Al Pueblo de Santa Martha Acatitla, en la zona Oriente de la ciudad de México, le borraron su historia, lo estigmatizaron, marginaron y encarcelaron a un pequeño pueblo al que solo por la nota roja es reconocible.


Año 2010
Duración 16 min

“Autorretrato Santa Martha Visual

Año 2011
Duración 15 min

“Las partes nobles de la ciudad”
Año 2012

Serie de cortos documentales que abordan la violencia que recive la zona oriente de la Ciudad de México

Capitulo: “ Griska”
Capitulo: “Slap”
Capitulo: “Manual de supervivencia de un taxista”


Radio Faro- Realización Katia, Marco y José Luis

Radio Faro es una radio comunitaria del Oriente de la Ciudad de México donde se le da la voz a la gente real del barrio, comerciantes, amas de casa, obreros, estudiantes, jóvenes que a través del micrófono cuentan su realidad

Año 2011
Duración 18 min.
































En resumen, en el colectivo Iztapalabra. Letras, voces e imágenes en resistencia, queremos narrar y dar cuenta de lo que sucede en nuestros barrios porque formamos parte de ellos y sabemos de sus grandezas y sus miserias. Creemos que podemos aportar algo más que los periodistas profesionales, que vienen, recogen información en dos horas, y creen saber lo que nos pasa. Queremos hablar sobre “esa mitad de la historia que no ha sido contada”, como decía Bob Marley, a través de las letras, las ondas sonoras, el ciberespacio, los sonidos, las imágenes y los sueños.

Lo primero que aprende un chavo de Iztapalapa es que para sobrevivir, el coraje  no es suficiente, por ejemplo, no se debe ir en la avanzada, cuando empieza una pelea. Desde la infancia sabemos que el mundo es estrecho, a partir de qué baldío o qué poste comienza el peligro, el territorio de la banda rival. En  medio de esta realidad creemos que ejercer el periodismo comunitario, en sus diversas modalidades, es de gran relevancia.



Quiénes somos
Los jóvenes del Oriente de la ciudad de México --zona habitada mayoritariamente por menores de 30 años, donde los servicios culturales escasean, las posibilidades laborales son prácticamente nulas, pero donde abundan las cárceles (reclusorio Oriente, Santa Marta, más otra de alta seguridad en proceso), observamos cómo el periodismo actual se ha convertido en una pasarela donde desfilan políticos, empresarios, autoridades religiosas, líderes culturales o figuras deportivas o del espectáculo, y nuestra realidad sólo se asoma a través de las páginas de la nota roja y, si acaso, en las de información local cuando hay alguna catástrofe ambiental como inundaciones o sequía: porque en Iztapalapa cuando no nos llueve, nos truena.
Las secciones policiacas de los periódicos vespertinos de la capital ya no se toman la molestia de completar los titulares, es común encabezar con frases como “Otra vez Iztapalapa”, dejando que el lector complete la idea, que sólo puede estar relacionada con un hecho criminal.
No es casual que los jóvenes de la zona tengamos una visión desvalorizada de nuestra comunidad y de nosotros mismos, se ha vuelto  común referirse a Iztapalapa con sinónimos como Iztapa-rataIztapa-lacraIztapa-mata; a Ciudad Nezahualcóyotl como Neza-yorkNeza-hualodoNeza-polvo, y a Chimalhuacán como Chimal-huaracheChimal-hualodo. Por eso decidimos nombrar Iztapalabra a nuestro proyecto, como una manera de reencontrarnos con nuestra cultura.
Nuestra comunidad vive resignada a la estigmatización y al ninguneo de los políticos que sólo aparecen cuando es época de elecciones; a obras realizadas con materiales de segunda; a reparaciones que tardan meses o años en llegar; a reciclar una cubeta de agua hasta cinco veces, y no por conciencia ecológica, sino porque no pasan las pipas; a tenerle miedo a los fuegos pirotécnicos porque si caen sobre tu casa la pueden quemar ya que vives encartolandia.
La mayoría de los jóvenes su único destino es la chela en la banqueta, la mona, los embarazos adolescentes, los trabajos temporales o el desempleo. Si logran estudiar es una carrera técnica en un CETIS, y cuando consiguen trabajo es de obreros en el norte de la ciudad, demorando más de dos horas para llegar a él, y los que consiguen un lugar en la Universidad, después de dos o tres intentos, no quieren saber nada del barrio, negando su pertenencia, y de paso su historia.
Nuestro barrio no cuenta con medios de comunicación para integrarse plenamente. Se le ha educado para discriminar y avergonzarse de lo que ocurre a su alrededor. La mayoría, aunque no se siente identificado con los programas que ofrece la radio o la televisión, se la pasa observando la vida de otros, idolatrando a los famosos o los ricos que aparecen en los medios masivos.
A través de nuestro proyecto de periodismo comunitario queremos hablar de las carencias que nos rodean, pero también tratar lo que es motivo de orgullo: como los valores que sobreviven en medio de la pobreza, las manifestaciones culturales o el gusto por la fiesta de todos esos que caminan bailando, hablan cantando y viven gozando.
Queremos contribuir a construir una sociedad más informada, participativa y democrática, donde los problemas se resuelvan a través de la palabra y el diálogo y no de la violencia, donde el presupuesto para cultura sea, por lo menos, el mismo que se utiliza para comprar armamento para la policía, en la que exista espacio para la diversidad, y el autoritarismo esté menos presente. Y si de pedir se trata: queremos recuperar el derecho a la belleza.

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